En la búsqueda constante de alternativas más económicas y amigables con el medio ambiente para el combustible vehicular, dos opciones se destacan en el panorama peruano: el Gas Natural Vehicular (GNV) y el Gas Licuado de Petróleo (GLP). Ambos son combustibles alternativos que han ganado popularidad debido a su precio competitivo y su potencial para reducir las emisiones contaminantes. En este artículo, exploraremos las ventajas y desventajas de cada uno y analizaremos cuál de ellos podría resultar más conveniente para los conductores peruanos. Además, examinaremos la iniciativa de Faregas y su impacto en la elección entre GNV o GLP.
Gas Natural Vehicular (GNV)
El GNV es una mezcla de hidrocarburos gaseosos compuesta principalmente por metano. Este combustible ha sido promocionado por su bajo costo en comparación con la gasolina y el diésel, así como por su contribución a la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero. En el caso de Perú, donde se han implementado incentivos fiscales para promover su uso, el GNV ha logrado una sólida penetración en el mercado automovilístico. Los vehículos convertidos para utilizar GNV tienen un rendimiento comparable al de la gasolina y el diésel, aunque la infraestructura de abastecimiento puede ser un desafío en algunas regiones a pesar de ser productores del gas natural.
Gas Licuado de Petróleo (GLP)
El GLP es otro combustible gaseoso que ha ganado terreno en el sector automotriz. Producido durante la refinación del petróleo o como subproducto del gas natural, el GLP es una opción atractiva por su precio competitivo y su disponibilidad en estaciones de servicio en todo el país. Los vehículos que utilizan GLP requieren de una conversión que incluye la instalación de un tanque adicional, pero este proceso es ampliamente realizado por talleres especializados en Perú. Aunque el precio puede verse afectado por el precio del petróleo, el GLP sigue siendo una alternativa económicamente viable para los conductores conscientes del costo.
Comparación y elección
La elección entre GNV y GLP dependerá de diversos factores individuales y de circunstancias locales. Si se busca reducir la huella de carbono, el GNV podría ser la opción preferida debido a su composición de metano y su menor impacto ambiental. Sin embargo, en términos de costo de conversión, el GLP suele ser más accesible tanto en términos de conversión del vehículo como de disponibilidad de estaciones de servicio.
Actualmente el GLP viene incrementado sus precios debido a diversos factores que lo hacen susceptible de verse afectado no solo por los efectos del incremento del petróleo sino también por temas de abastecimiento desde las plantas de almacenamiento, lo cual puede afectar la oferta en cierta forma. Por otro lado, el GNV tiene un precio prácticamente estable debido a que parte de la producción nacional se destina para el mercado local, garantizando su abastecimiento en donde ya se tienen implementadas las estaciones de servicio.
Faregas y el futuro
En una época en la que la sostenibilidad y la reducción de la huella de carbono son imperativos globales, iniciativas como Faregas desempeñan un papel crucial en la transformación de la industria automotriz. A través de la conversión de vehículos a GNV y GLP, la empresa no solo impulsa la movilidad sostenible, sino que también destaca cómo la innovación y el compromiso pueden ir de la mano para lograr un futuro más limpio y prometedor. Faregas no solo convierte vehículos, sino que también convierte sueños de un entorno más verde y menor gasto en una realidad tangible.
